¡Que brille… !
Sometida a la contaminación, a los insectos y a la intemperie, una moto se ensucia muy rápido. Hay que limpiarla con regularidad, y no sólo por razones estéticas, sino también por seguridad. En efecto, las posibles fugas de líquidos se ven mejor en una moto limpia.
No se debe limpiar la moto con productos abrasivos: el carenado sólo protege superficialmente los órganos vitales (carburación, cajetín electrónico, encendido, cuadro de mandos, transmisión). Se evitará el uso de limpiadores de alta presión (tipo Kärcher), aunque sean prácticos, y se volverá a los buenos y antiguos métodos: jabón suave, una esponja, agua tibia y productos de mantenimiento específicos (champú, abrillantador…).
Trucos prácticos: No hay que limpiar a pleno sol, no hay que abusar de la alta presión ni usar detergentes agresivos.